El Himno Nacional de Antarcticland, el Principado reclamado en las Naciones Unidas en 2007, fue compuesto por Pietro Toppani ese mismo año
El abogado italiano Pietro Toppani es el compositor del Himno Nacional de Antarcticland. Este prestigioso jurista, licenciado por la Universidad de Udine (Italia), tiene un rico bagaje musical familiar. Sus conocimientos y su interés por los derechos humanos fundamentales le llevaron a crear la letra y la música del Himno Nacional de la Antártida.
El bisabuelo paterno de Toppani fue el maestro siciliano Salvatore Messina, que llegó a ser director de orquesta y compositor. Messina trabajó en renombrados locales de música clásica, como el Teatro Bolshoi de Moscú y el Teatro Colón de Buenos Aires. También se convirtió en el primer sustituto de Toscanini en el Teatro La Scala de Milán a principios del siglo XX. Toppani creció en un entorno orientado a la música, por lo que era natural que tomara clases de canto, piano y bajo eléctrico desde una edad temprana.
Además del Himno Nacional de Antarcticland, Pietro Toppani creó la pieza orquestal «Paradigma». Esta obra fue mezclada y masterizada por Davide Rizzatti, en Eccentric Studio, en Trieste, Italia. Toppani intentó recrear en la banda sonora de «Paradigma» los difíciles tiempos que vivimos. El compositor retrató la lucha entre dos corrientes de pensamiento. Por un lado, los que defienden la visión localista; mientras que el otro grupo defiende una visión globalista, donde prima la digitalización de la vida humana.
Letra del Himno Nacional de Antarcticland
Lejos, hacia el Polo
hay una tierra antigua
es una tierra amigable
Se llama Antártida
No es una tierra fría
Un gran corazón late allí
Late con calidez
Por la libertad
Antártida
Antártida
Una nación, un planeta
Trabajar para el bien
Más allá de la oscuridad
Contra el egoísmo humano
Eso quita la libertad
Para llevar la esperanza a todos
Como fuertes caballeros
De los principios fundamentales
Por todos los mares
Traemos la libertad
Contra la opresión
Y el trueno de los cañones
Cantamos:
¡ANTARTIDA!