Proyecto Mercado de Créditos de Carbono

Proyecto Mercado de Créditos de Carbono

L’ ALO Global Project quiere contribuir positivamente al mercado de créditos de carbono y trabajar en favor de la protección del medio ambiente y de la lucha contra el cambio climático.

Para ello, se considera estratégico tener una participación en la financiación y el comercio de carbono.  Gracias a los nuevos instrumentos financieros, se puede estimular por fin la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, conseguir un aire más limpio, una energía limpia y sostenible y crear nuevos puestos de trabajo. Además, la financiación del carbono es un conjunto de instrumentos innovadores que ayudan a poner precio a las emisiones de carbono de las empresas. Basado en el principio de que quien contamina paga, el precio de emitir una tonelada de carbono lo pagan las empresas que, por obligación o por voluntad propia, quieren compensar sus emisiones de carbono.

La Fundación Antarctic (AAL) es la estructura operativa del Proyecto Global ALO.  La Fundación misma vio en este mercado, que aún está en desarrollo, una oportunidad para aplicar sus conocimientos en el área de blockchain, criptomonedas y contratos inteligentes. La intención es crear instrumentos financieros más rápidos y avanzados que ayuden a facilitar las soluciones de financiación del carbono.

En cuanto a los problemas, más adelante señalamos lo que algunos analistas consideran los problemas que ralentizan la aplicación de la Financiación del Carbono y el Comercio del Carbono, y lo que el Proyecto Global ALO propone hacer para que sean más fluidas, baratas y rápidas.

Hagamos ahora una introducción sobre el cambio climático y las iniciativas puestas en marcha por las Naciones a raíz de las Cumbres medioambientales de Kioto y París.

Cambio climático

El último informe de la ONU sobre el clima menciona las principales causas del cambio climático.

Las emisiones de los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, son los principales responsables del cambio climático, ya que representan más del 75% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y más del 90% de las emisiones de dióxido de carbono.

Los gases de efecto invernadero permanecen suspendidos en la atmósfera y tienen la particularidad de retener el calor. En el momento en que les llegan los rayos del sol, se calientan aún más. El efecto global es un aumento de la temperatura de la atmósfera. Con el tiempo, el aumento de las temperaturas tiene el efecto de alterar los procesos climáticos y el equilibrio normal de la naturaleza. Si no se toman medidas, las consecuencias podrían ser dramáticas.

Se calcula que la temperatura media del planeta ha aumentado 1,5 grados desde el inicio de la era industrial, desde 1850 hasta 2020. Desafortunadamente, las proyecciones dicen que ya en 2030, el aumento de la temperatura podría alcanzar casi los 2 grados.

Las consecuencias del aumento de la temperatura serían muy graves. Si el aumento no puede contenerse en torno a los 2 grados, podríamos asistir a fenómenos meteorológicos extremos de gran gravedad, como el aumento de huracanes, olas de calor, sequías, inundaciones e incendios. Además, dado que las áreas más afectadas serían las zonas tropicales, las consecuencias climáticas podrían empujar a las poblaciones que viven allí a emigrar a regiones más al norte.  Se calcula que en las zonas tropicales viven unos 3.000 millones de personas, que no podrían seguir viviendo en esas zonas ya que se volverán muy inhóspitas.

Otra consecuencia que se está vigilando a partir de ahora es la corriente del Golfo, que es la corriente que recorre el océano Atlántico de sur a norte y viceversa, y tiene mucha influencia en el clima de Europa y América. Recientemente, se ha observado una ralentización de la propia corriente, probablemente causada por el exceso de agua fría procedente del deshielo de los glaciares de Groenlandia debido al aumento de las temperaturas. Hasta ahora, la ralentización de la corriente se acerca al 15%. Las consecuencias han provocado más tormentas y más olas de calor en Europa. Según los científicos, un nuevo aumento de la temperatura podría provocar un verdadero cambio permanente del clima con consecuencias inimaginables.

Incluso la propagación de nuevos virus sería atribuible a los impactos ambientales provocados por el hombre. Según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la aparición de epidemias se debe a la deforestación indiscriminada provocada por el hombre. “Allí donde se talan los árboles y se mata a la fauna, los gérmenes de la zona se encuentran volando como polvo que se levanta de los escombros”. Según la WWF, los bosques serían el mejor antivirus natural. Si no hubiera deforestación, los virus no abandonarían su hábitat natural. En los bosques naturales, los virus encuentran su hábitat en la naturaleza y en los animales. Sin embargo, cuando se destruyen los bosques, los virus tienen que «instalarse» con nuevas especies generando epidemias. Por tanto, el ecosistema forestal es nuestra protección natural contra los fenómenos meteorológicos extremos, la acumulación de CO2 en el suelo, la contaminación atmosférica y la propagación de epidemias.

Hasta la fecha, se calcula que hemos destruido la mitad de la superficie forestal. Según un estudio del WWF, se calcula que desde el inicio de la revolución agrícola “existían unos 6 billones de árboles en la Tierra, mientras que hoy quedan unos 3 billones”.

Los acuerdos internacionales sobre los créditos de carbono

En 2016, como parte de la resolución de la Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente celebrada en París el año anterior, se alcanzó un acuerdo entre 190 países que se comprometieron a mejorar sus estrategias para la protección del medio ambiente con el fin de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento máximo de la temperatura a 1,5 grados para 2030.

En julio de 2021, la Comisión Europea adoptó un paquete de propuestas para adecuar las políticas en materia de clima, energía, uso del suelo, transporte y tributación con el fin de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030 en comparación con los niveles de 1990. Conseguir estas reducciones en la próxima década es crucial para que Europa se convierta en el primer continente neutro desde el punto de vista climático en 2050.

Los sectores de producción y uso de la energía en la UE son responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que la Comisión Europea pide que se acelere la transición a sistemas energéticos más ecológicos. La Directiva sobre energías renovables de la UE establece el objetivo de producir al menos el 40% de la energía a partir de fuentes renovables y sostenibles.

La UE, en cumplimiento del Protocolo de Kioto, confirmado posteriormente por el Protocolo de París de 2015, establece un tope anual de emisiones para las industrias pertenecientes a los sectores de la aviación, las centrales eléctricas y el transporte marítimo, que pueden acogerse a un sistema de comercio de derechos de emisión conocido como RCCDE. Cada empresa se mide para calcular la cantidad en toneladas de carbono emitidas anualmente. A continuación, la UE fija un número de derechos de emisión (CAP) que la empresa puede emitir durante el año. Si las emisiones son superiores al CAP estipulado, la empresa tendrá que comprar los RCDE EU en el mercado para compensar el excedente. Si, por el contrario, las emisiones son inferiores al CAP estipulado, la empresa puede vender el remanente. El tope (CAP) disminuye cada año, lo que garantiza una reducción de las emisiones totales. Cada RCDE EU representa una tonelada métrica de CO2.

En 2021, el volumen de comercio del RCDE EU fue de 760.000 millones de euros, un aumento del 164% en comparación con 2020. El aumento se debe principalmente a un incremento del precio de la tonelada de CO2 y a un modesto aumento de los volúmenes negociados. Los precios de la tonelada de CO2 en el periodo comprendido entre el 01/01/2022 y el 31/08/2022 oscilaron entre un mínimo de 58,65 euros y un máximo de 97,82 euros.

El mercado voluntario de CO2

El mercado voluntario ha surgido como complemento del mercado regulado. En este mercado se negocian los certificados de reducción de emisiones que no pueden negociarse en el mercado regulado. Hay dos tipos de empresas que compran reducciones de emisiones: 1) las empresas que están sujetas a reducciones de emisiones obligatorias 2) las empresas que persiguen voluntariamente la reducción de emisiones de acuerdo con el Protocolo de Kioto.

La dinámica del mercado voluntario se basa en el mecanismo de compensación de emisiones. Si una empresa supera sus emisiones permitidas, puede compensar el exceso comprando créditos de carbono de proyectos que, en cambio, capturan el carbono eliminándolo de la atmósfera.

Los proyectos pueden clasificarse en cuatro categorías principales:

1) Energías renovables como, por ejemplo, la solar y la eólica

2) Mejoras y optimizaciones con el fin de obtener la eficiencia energética

3) Eliminación de gases de efecto invernadero

4) Captura del carbono en el suelo o mediante la reforestación de los bosques

Los proyectos deben ser auditados por organismos de certificación para verificar el impacto medioambiental y calcular la reducción de emisiones y su equivalencia en créditos de carbono. Para demostrarlo, se emiten certificados en los que un crédito de carbono equivale a una tonelada de carbono capturado.

Las compensaciones también pueden tener lugar entre empresas que no están situadas en el mismo país y/o continente. Si, por ejemplo, una empresa europea quiere reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, (GEI) puede comprar los créditos de carbono de una empresa que haga reforestación en un país en desarrollo. Se considera que sólo tenemos una atmósfera, que no importa dónde se emitan los gases contaminantes, ni dónde se reduzcan las emisiones, porque tarde o temprano acabarán mezclándose entre sí.

Por otra parte, el beneficio para la empresa europea será importante, ya que los créditos de carbono de los proyectos de eliminación de emisiones negociados en el mercado voluntario tienen un precio inferior al de los precios oficiales negociados en el mercado regulado. El precio es, por supuesto, variable, según el tipo de proyecto, la oferta y la demanda, y el país de origen. Además, casi siempre el precio es el resultado de una negociación bilateral.

Tras el Protocolo de Kioto de 1997, las Naciones Unidas permitieron a los países en desarrollo crear proyectos de reducción de emisiones. Estos proyectos deben estar debidamente certificados antes de ser vendidos a empresas que necesitan compensar su huella de carbono.

El ciclo de vida de un crédito de carbono consta principalmente de cinco etapas clave.            

Ciclo del Carbono

El Modelo de negocio de la Fundación Antarctic AAL

PASO 1: Descripción del proyecto y plan de negocio

La Fundación Antarctic (AAL) pretende identificar a los empresarios de los sectores forestal y ganadero para facilitarles y ayudarles en la descripción del proyecto. En esta fase también se examina la existencia de los requisitos legales.

A continuación, nuestros consultores proceden a elaborar un plan de negocio del que debe derivarse la rentabilidad potencial de la empresa. 

Por desgracia, se ha observado que muchas empresas «mueren» en esta fase inicial, debido a la incapacidad de los empresarios para acceder a consultores experimentados y no excesivamente caros.

Es sabido que muchos abandonan porque los costes de consultoría son muy elevados y desmotivadores. Los pequeños empresarios, en particular, no pueden acceder a este mercado debido a la inversión inicial requerida. La Fundación Antarctic (AAL) tiene un proyecto para reunir a decenas o centenares de pequeños empresarios para darles acceso a un negocio más grande y rentable.

PASO 2: Presentación del proyecto a un organismo de certificación

La sociedad de certificación es una empresa que evalúa el potencial del proyecto para eliminar, reducir o evitar las emisiones de CO2. Al obtener la certificación, los empresarios pueden ofrecer sus créditos de carbono en el Mercado Voluntario, cada uno de los cuales equivale a una tonelada de carbono eliminada, reducida o evitada. Los créditos pueden ser adquiridos en todo el mundo por las empresas que han establecido su propio plan de reducción de emisiones. También en este caso, el coste de la certificación puede ser prohibitivo para muchos empresarios.

En esta fase, la Fundación Antarctic (AAL) puede intervenir de diferentes maneras.

  1. a) Financiación directa a los interesados de la FASE 1, tras verificar el plan de negocio y el potencial de ingresos del proyecto
  2. b) Gracias a las herramientas Fintech disponibles, se pueden recaudar fondos para la financiación a través de actividades de captación de fondos en línea
  3. c) Reducción de las tarifas de certificación mediante acuerdos con las principales sociedades de certificación al tiempo que se espera la finalización del proceso de creación de una sociedad de certificación propia.
PASO 3: Verificación de los créditos emitidos para poder comercializarlos

En esta fase se establece la autenticidad de los créditos de carbono, ya que proceden de un proyecto ya certificado. Además, cada crédito tiene un valor que se deriva específicamente del proyecto del que procede y de la zona geográfica. Uno de los problemas más comunes en las transacciones internacionales es la doble contabilidad de los créditos de carbono. El país emisor descuenta el crédito de sus obligaciones de emisión y también lo hace el país receptor, con lo que se produce una doble contabilización del mismo crédito.

La Fundación Antarctic (AAL) ha pensado en cómo resolver este problema y pronto lanzará el True Carbon Credit (TCC), un sistema que mediante la creación de un NFT permite identificar cada crédito de carbono y otorgarle una identidad única la cual evitará la doble contabilidad y al mismo tiempo garantice su autenticidad

PASO 4: Inscripción de los créditos de carbono en el Registro GEI

El Registro GEI es una plataforma donde se registra el proyecto y sus Créditos de Carbono. Una vez registrados, los créditos de carbono se denominan VCU (Unidades de Carbono Verificadas) y, a través de la plataforma del Registro, los VCU son negociables. A través del Registro, se puede comprar y vender y seguir los movimientos del certificado.

Por desgracia, inscribirse en el Registro es bastante engorroso y complicado, y sobre todo muy caro. La entrada en el registro es, por tanto, un coste que afecta a la rentabilidad del proyecto. Además, se han descubierto fraudes en numerosas ocasiones, lo que ha empañado la imagen de los registros correspondientes. Asimismo, a los registros les interesa que estos fenómenos no se repitan, ya que socavan su credibilidad y generan desconfianza en todo el mercado de créditos de carbono.

En este sentido, el proyecto True Carbon Credit (TCC) de la Fundación Antarctic (AAL) se interconectará con los registros a través de una API que tendrá varias funciones, entre ellas la de vincular el NFT con la VCU correspondiente para reducir a cero la posibilidad de fraude. De este modo, cada proyecto podrá verificar los movimientos de sus créditos y compararlos con sus propios resultados.

PASO 5: Venta de créditos y visualización de la documentación adjunta

La Fundación Antarctic (AAL) se encarga de asistir a sus clientes en la venta de créditos de carbono. En el caso de la compra de créditos de carbono, se encarga de ayudar al inversor en la compra de créditos de carbono verificados de proyectos de buena calidad y se asegura de que el proceso sea fluido y rápido.

En relación con eso, La Fundación Antarctic (AAL) iniciará actividades de intermediación en el Mercado Voluntario. Con esta actividad se pretende facilitar al comprador y al vendedor el conocimiento del mercado. La rentabilidad de esta actividad procede principalmente de las comisiones. El siguiente paso será convertirse en minoristas de carbono, mediante la creación de una cartera de propiedades especializada en proyectos de restauración forestal, además del proyecto propio de conservación de la selva amazónica. De cada cartera, un 60% se destinará al trading y el 40% restante se reservará como fondo de inversión.

2) Para agilizar y facilitar las transacciones, el Proyecto Global ALO está perfeccionando un sistema de tokenización de los créditos de carbono. La blockchain es una base de datos que puede ser compartida públicamente en un circuito descentralizado. Con la tokenización de los créditos de carbono se ganaría mucho en transparencia de las transacciones y también en rapidez y seguridad. Por lo tanto, la tokenización desempeña un papel importante en la expansión y simplificación del mercado, ya que satisface la demanda de muchos inversores que quieren participar en la financiación medioambiental.

Como se ha señalado anteriormente, la Fundación Antarctic (AAL) intervendrá en todas las fases de la tramitación de los créditos de carbono, con la perspectiva de multiplicar las oportunidades de ingresos en todos los puntos clave del mercado. Además, cuando un mercado está en alza, la demanda de servicios y el rendimiento de los beneficios aumentan exponencialmente. Si a esto se añade la inversión directa en créditos de carbono, se crea una sólida base patrimonial formada por una cartera de activos que pueden revalorizarse de forma sostenible en el tiempo. 

¿Cuánto vale el Mercado Voluntario de Carbono (VCM)?

En 2021, el volumen de negociación en el Mercado Voluntario del Carbono alcanzó la cifra de 1.000 millones de dólares. Las estimaciones son muy optimistas. El mercado del carbono sólo puede crecer. Para muchas empresas, reducir las emisiones de carbono se ha convertido en algo primordial. Algunos, como Microsoft, no sólo quieren reducir las emisiones a cero, sino que incluso quieren anular todas sus emisiones históricas.

Las grandes empresas que aún no tienen la obligación de reducir las emisiones, pero quieren hacerlo voluntariamente, acuden al mercado voluntario para comprar compensaciones a sus huellas de carbono. Empresas como Amazon, Google, Disney, Apple, Microsoft, Stripe, Shell, Coca Cola, Xerox y British Petroleum están gastando millones de dólares en créditos de carbono por iniciativa propia. Se han dado cuenta de que, si quieren seguir siendo empresas rentables, tienen que tomar decisiones a favor del medio ambiente para seguir siendo preferidas por los consumidores. Y por eso sus políticas medioambientales se comunican públicamente. Se espera que en un futuro próximo todas las empresas públicas estén obligadas a revelar su huella de carbono y también tendrán que explicar cómo piensan reducirla. Lo mismo ocurrirá después con el sector privado. 

Por lo visto, incluso los inversionistas se han dado cuenta de que las empresas contaminantes no sólo perderán la preferencia de los consumidores, sino que serán mucho menos competitivas, ya que tendrán que seguir comprando créditos de carbono, que serán cada vez más caros. De hecho, las estadísticas dicen que muchos inversionistas ya han abandonado uno de los sectores energéticos más tradicionales como es el carbón, no sólo porque es impopular, sino porque será mucho menos rentable.  De ahí que el mercado voluntario de créditos de carbono pueda ser el que más crezca en los próximos 30 años.

 

El futuro del mercado de los créditos de carbono

El Fondo Monetario Internacional reclama un aumento global del precio de la tonelada de carbono como requisito para mantener las emisiones por debajo del 2% en 2030. Según el FMI, el precio medio mundial debería alcanzar los 75 dólares por tonelada. Teniendo en cuenta que actualmente los precios del 80% del carbono sólo alcanzan los 3 dólares por tonelada, nos damos cuenta de que el precio del carbono todavía tiene un largo camino por recorrer en dirección al alza. En este sentido, el FMI lanzó en marzo de 2022 una propuesta para fijar un precio mínimo del carbono variable por país, que debería oscilar entre los 25 dólares por tonelada y los 75 dólares, en función del nivel de desarrollo. Con esta propuesta, el FMI quiere, por un lado, conceder precios más justos a los países en desarrollo y, por otro, obligar a las empresas a considerar medidas alternativas para reducir las emisiones.

Hace tiempo que las grandes empresas financieras internacionales han mostrado un gran interés por los créditos de carbono. Ya se han creado instrumentos financieros como los fondos de inversión y los ETF de carbono, que permiten ofrecer nuevos productos financieros al público en general.

Este contexto general tan positivo y con excelentes perspectivas de crecimiento es el telón de fondo en el que la Fundación Antarctic (AAL) ya ha comenzado a operar y dónde podrá marcar la diferencia aportando sus propias innovaciones tecnológicas. El objetivo es añadir valor a los agentes del mercado del carbono con nuestras soluciones y servicios de alto valor añadido.

Desde este punto de vista, se presenta al público la próxima emisión del Token Antarctic (AAL) para facilitar las transacciones en el ecosistema de Carbon Finance y Carbon Trading.

El Token Antarctic se emite a un precio muy competitivo. Representa una gran oportunidad para los inversores de entrar en un mercado nuevo y muy prometedor, de forma masiva, pero con una pequeña inversión.

Según Robert Kiyosaki, inversor y autor del libro “Padre rico, padre pobre”, invertir ahora en el mercado de carbono es “una oportunidad mayor que el oro, mayor que el petróleo y mayor que el Bitcoin”.

En la medida en que las empresas y los particulares se embarquen en la senda de la eliminación del CO2 de su huella de carbono, la demanda de créditos de carbono aumentará drásticamente, con lo que los precios se incrementarán inevitablemente. A medida que los precios suban, muchos más inversionistas se apresurarán a comprar créditos de carbono y criptomonedas como el Token Antarctic que tokeniza los créditos de carbono. Pero se sabe que los buenos inversionistas son los que compran cuando el precio está bajo y venden cuando el precio está alto.

En un mercado aún por descubrir, y cuya existencia es aún desconocida para el público en general, el Token Antarctic representa la oportunidad de inversión perfecta, con un riesgo inicial casi nulo y un potencial incalculable. Si buscas una inversión para el futuro, si quieres reducir tu huella de carbono, si quieres cubrirte de la inflación y aumentar tu capital, el Token Antarctic es el instrumento adecuado para conseguir tus objetivos.