ritmo del deshielo

El hollín acelera el ritmo del deshielo en la Antártida

El ritmo del deshielo en la Antártida está en aumento.  Un estudio reciente, publicado en la prestigiosa revista Nature, encontró que en zonas de la Antártida donde existen mayores concentraciones de hollín aumenta el ritmo del deshielo. Además, la investigación aseguró que la contaminación de los turistas también incide en la desaparición de toneladas de hielo cada verano.

El análisis de los científicos tomó como muestra 28 asentamientos, distribuidos en más de 2.000 kilómetros. Estos emplazamientos estaban situados desde la isla del Rey Jorge, considerado el punto más septentrional de la Antártida, hasta los montes Ellsworth. Entre los resultados más alarmantes estuvo que la pérdida de hielo y nieve crece a un ritmo de aproximadamente 23 milímetros por año. En esto incide mucho la presencia de turistas y de centros de investigación.

De acuerdo con los datos recopilados, en los lugares que más turistas visitan, la nieve tiene entre 2 y 4 veces más hollín. Como promedio, cada turista causa la desaparición de hasta 83 toneladas de nieve todos los años.

Las altas concentraciones de hollín, por causa de la presencia humana, son un detonante para el cambio climático. Estos residuos aceleran el deshielo. Entonces, al derretirse la nieve aumentan las llamadas “superficies oscuras”, en el suelo. Por tanto, estas superficies pueden absorber más radiación solar. Ante esto, el proceso de deshielo es todavía más rápido y crece el calentamiento.

La Antártida se ha convertido en un destino turístico

La Antártida es un destino turístico cada vez más atractivo. En 2020 hubo 74.000 turistas, un aumento del 32% con relación a 2019 y más del doble que en la anterior década. Los turistas llegan, sobre todo, en barcos. La contaminación no la provocan solo los visitantes. En la península Antártida existen casi 80 centros de investigación. Estas instalaciones reciben, todos los veranos, a más de 5.000 científicos. Ellos emplean aviones y helicópteros para trasladarse; además, los generadores eléctricos que utilizan también lanzan a la atmósfera mucho hollín.

El estudio en Nature asegura que, para impedir la desaparición de la Antártida, será imprescindible acudir a alternativas ecológicas, no solo para el turismo, sino también para el sostenimiento de los centros de investigación.