arquitectura en la Antártida

Conoce cómo es la arquitectura en la Antártida

La arquitectura en la Antártida es un desafío a la naturaleza, al clima y requiere nuevos materiales resistentes a la intemperie

El Polo Sur es el lugar más frío de la Tierra y la arquitectura en la Antártida es un desafío continuo. Las temperaturas extremas condicionan también la arquitectura de las más de 40 bases existentes donde viven los científicos. Construir allí es un enorme desafío técnico. Aquí te contamos qué han hecho los arquitectos para que sus edificaciones sean modernas y funcionales.

En el llamado “continente de hielo” casi no llueve. La Antártida tiene la menor humedad promedio del planeta. Los vientos son inestables, aunque su promedio oscila sobre los 100 km/h. Las temperaturas casi nunca suben de los -10 grados Celsius. El invierno dura seis meses, en los que hay poca luz solar. Luego, el verano también se extiende por ese período y casi nunca anochece. Todos estos elementos son claves para los arquitectos a la hora de proponer nuevas ideas.

Soluciones arquitectónicas en la Antártida
Soluciones arquitectónicas en la Antártida

Los arquitectos han encontrado soluciones ingeniosas

La primera base científica en la Antártida la fundó Argentina, en 1904. La Base Orcada sigue en funcionamiento. Esta es una de las más célebres. A día de hoy existen más de 40 bases permanentes de investigación y exploración en la Antártida. Dichas bases están controladas por 20 países. En ellas viven poco más de 1.000 personas durante el invierno. Mientras, en verano, la cifra sube hasta más de 3.600. La mayoría de ellos son científicos.

Los asentamientos en la Antártida pueden ser de tres tipos, de acuerdo con su tamaño: estación, base o campamento. Su tipología constructiva varía. Pueden ser viviendas de acero o madera. Otra variante es que sean pequeños prefabricados, con túneles y contenedores. Además, están los grandes prefabricados. Estos son módulos acoplados y edificios compactos.

En condiciones tan difíciles, los arquitectos han encontrado soluciones ingeniosas. Por ejemplo, la Estación Halley VI, de Gran Bretaña, consiste en ocho módulos. Estos están montados sobre patas hidráulicas que tienen mecanismos parecidos a los esquíes. Por tanto, esa Estación puede ser desplazada, con el apoyo de equipos pesados. De esa forma puede relocalizarse de manera más rápida y sencilla.

El Principado de West Antarctic y la Organización de Tierras Antárticas fomentan los estudios de arquitectura e ingeniería en condiciones extremas para promover las condiciones de vida sostenibles de la Antártida.