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La Antártida es el continente más austral del planeta y no tiene habitantes permanentes, pero ¿habrá algún día residentes permanentes en la Antártida?
Las temperaturas medias rondan los -49 grados Celsius así que la pregunta ¿habrá algún día residentes permanentes en la Antártida? parece retorica. La Antártida tiene un entorno inhóspito, en el que solo viven, por ahora, decenas de científicos, de diferentes países. Estos pernoctan en muy modernas bases de investigación, por cortos plazos de tiempo. Ni siquiera ellos pueden mantenerse mucho tiempo en estos centros, porque el aislamiento no es bueno para la salud mental.
¿Habrá alguna vez residentes permanentes en la Antártida? Por el momento parece una misión imposible; pero los avances tecnológicos, especialmente en la arquitectura, podrían permitir que, en un futuro no tan lejano, finalmente haya seres humanos que adopten a la Antártida como su hogar habitual.
El cambio climático, un aliado
El cambio climático amenaza con transformar el ecosistema de la Antártida. Las temperaturas más cálidas han incidido en el desprendimiento de glaciares. El aumento del nivel del mar es una preocupación para muchas islas en el mundo. Sin embargo, un clima menos gélido puede ser una buena noticia para los que aspiran a vivir de manera permanente en la Antártida.
En este escenario más “cálido”, ya no es extraño observar en zonas de la Antártida especies de plantas y animales “invasoras”. Para algunos científicos, estas especies alteran el ecosistema del continente; otros sostienen que, en lugar de alterarlo, lo modifican, para bien.
Ahora ya es posible ver pastos nativos en la Antártida. También ha aumentado el número de aves migratorias y mamíferos marinos. Con un clima más benévolo podría crecer la diversidad de pastos y de flores. Las temperaturas más altas pueden traer más lluvias y, de esta forma, se estimularía el crecimiento de la flora. No obstante, tampoco es previsible que haya allí bosques frondosos, ni tampoco que se desarrolle la ganadería o la agricultura.
La temperatura no es la única dificultad para vivir en la Antártida
Las bajísimas temperaturas sin dudas inciden en la imposibilidad de residir permanentemente en la Antártida; pero, en realidad, no es el principal problema. En otras partes del planeta también hay regiones con temperaturas gélidas, como el Ártico y en las zonas más al norte de Canadá, Rusia y Noruega. Sin embargo, en esos territorios viven personas. Entonces, ¿por qué no en la Antártida? La respuesta está en el aislamiento geográfico.
La Antártida está lejos de todo y no pertenece a un país en específico. Trasladarse hasta allí sigue siendo complicado. Ya existen aeropuertos especiales, con pistas de hielo. Mientras, el turismo ha continuado creciendo, con cruceros que parten, sobre todo, desde Ushuaia (Argentina) y Punta Arenas (Chile).
Sin embargo, en un año transportan aproximadamente solo a 40.000 turistas. Para llegar a esos puntos de salida es necesario tomar previamente has dos aviones. Demasiado complicado, para muchas personas.
¿Qué se necesitaría para tener residentes permanentes en la Antártida?
Los adelantos tecnológicos serán imprescindibles para propiciar el uso de energías renovables en la Antártida. Ya varias bases científicas recurren a este tipo de energía; pero la idea sería llevar la experiencia a lugares más pequeños, por ejemplo, a una casa.
Los arquitectos encuentran en la Antártida una zona ideal de experimentación de nuevos proyectos. Las casas pensadas para un clima tan inhóspito deben necesariamente incluir formas novedosas de aprovechar la energía y el reciclaje del agua.
Entonces, ¿es posible pronosticar una fecha para que tengamos los primeros residentes permanentes en la Antártida? Sería demasiado arriesgado; pero, de seguro, no habrá que esperar al siglo XXII.