Cuevas calientes encontradas bajo el volcán Erebus. Bajo el volcán Erebus, en la Antártida, se ha descubierto un sistema de cuevas interconectadas en cuyo interior la temperatura es de unos 25 grados centígrados. Las cuevas están cubiertas de hielo, pero en su interior hay una temperatura de verano. Una expedición científica de la Escuela de Medio Ambiente Fenners de la Universidad Nacional de Australia las visitó y las describió así: «En nuestras investigaciones», nos dijo la Dra. Ceridwen Frazer, de la Escuela Fennes, «exploramos cuevas subglaciales que se extienden cientos de metros bajo el hielo y que en algunos lugares tienen temperaturas que pueden alcanzar los 25 grados centígrados, gracias a las fumarolas de los volcanes, hasta el punto de que trabajamos allí con camisas». Cerca de las entradas, pero también a través de algunas fracturas, entra la luz, o un resplandor azul lechoso, de modo que las cuevas en el hielo no están en completa oscuridad».
En estas cuevas, los investigadores han recogido muestras de ADN de varias docenas de especies animales y vegetales. La mayoría son especies conocidas como algas, musgos y nematodos que también se encuentran en otros lugares de la Antártida. Sin embargo, también se han encontrado secuencias de ADN completamente desconocidas que, según el Dr. Frazer, podrían ser formas de vida replicables que sólo se encuentran en el entorno de las cuevas volcánicas.
Para todos los científicos que investigan el ADN de la Antártida, el verdadero dilema reside en establecer si se trata de ADN autóctono o si son organismos que llegaron con los vientos por vía aérea o fueron transportados por misiones científicas anteriores. Es bien sabido que hace 110 años la expedición de los exploradores británicos Robert Falcon Scott y Ernest Schackleton, subió al Monte Erebus para recoger diversas muestras geológicas. Así que hay una duda razonable sobre si el ADN es el que dejó esa expedición o si es un ADN original.
Los volcanes de la Antártida
El volcán Erebus, por el momento, parece ser el único volcán activo de la Antártida. Con casi 4000 metros de altura, tiene un cráter de 805 metros de diámetro y 274 metros de profundidad. El Erebus es uno de los pocos volcanes del mundo que alberga en sus profundidades un lago muy fluido de lava líquida incandescente. Se trata de un fenómeno volcánico muy raro, ya que sólo otros cuatro volcanes del mundo tienen un lago de lava en su interior. Por ello, el volcán Erebus emite un resplandor rojizo por la noche, que los marineros conocen muy bien, ya que actúa como una especie de faro para ellos.
Recientemente se han descubierto casi 100 volcanes en la Antártida. La mayoría de los volcanes están ocultos bajo el hielo, que normalmente alcanza un grosor de entre 4000 y 5000 metros. Gracias a los estudios realizados mediante prospecciones aéreas y por satélite, se han identificado casi 100 volcanes, situados exclusivamente en la zona del arrecife occidental, que se extiende a lo largo de 3.500 km. A ellos hay que añadir una docena de volcanes submarinos descubiertos en 2010. Al menos siete de estos volcanes submarinos están activos.
Es difícil saber si alguno de estos volcanes ha tenido actividad volcánica en los últimos años, ya que muchos de ellos se encuentran bajo algunos kilómetros de hielo. Una erupción no sería visible vía satélite porque es difícil que una erupción «atraviese» los 2 km de hielo que hay por encima. Sin embargo, la lava puede caer en la base del casquete y provocar su adelgazamiento y desplazamiento.
En este sentido, uno de los autores del estudio sobre los volcanes en la Antártida, Robert Bingham, afirmó que, debido a la presencia masiva de volcanes, la Antártida puede denominarse «la región volcánica más peligrosa de la Tierra». Además, se teme que los volcanes que actualmente se consideran inactivos puedan un día «despertar», en cuyo caso la enorme capa de hielo que cubre el continente podría derretirse, provocando una nueva inundación universal.
La NASA estudia los volcanes de la Antártida
Las muestras de ADN recogidas en las cuevas del Monte Erebus pueden ser sólo una pequeña muestra de los microorganismos que viven en el interior de las cuevas volcánicas. El mismo sistema de cuevas y túneles puede existir también en el centenar de volcanes restantes. Según Charles Lee, otro científico que participa en la misma investigación, «todavía no sabemos cuántos sistemas de cuevas existen alrededor de los volcanes de la Antártida, ni cuán interconectados pueden estar estos entornos subglaciales. Son realmente difíciles de identificar, alcanzar y explorar».
La NASA, la agencia espacial estadounidense, ha enviado su propia delegación científica a las cuevas del Erebus. El objetivo es comprender mejor cómo puede desarrollarse la vida subterránea en presencia de emisiones volcánicas. Este conocimiento podría ser formativo para crear una estrategia de supervivencia humana en el planeta Marte.
Es bien sabido que hay muchos volcanes en Marte. La temperatura del planeta por la noche puede bajar hasta 60 grados bajo cero o más, según la latitud.
Uno de los volcanes más importantes de Marte es el Monte Olimpo. Se cree que es el mayor volcán de nuestro sistema solar. Su base tiene un diámetro de 600 km, una altura de unos 23 km (tres veces el Monte Everest) y el cráter tiene un diámetro de 60 km. Aparentemente, este volcán no ha entrado en erupción desde hace aproximadamente un millón de años, pero los expertos no descartan la posibilidad de que algún día entre en erupción.
Las similitudes entre Marte y los volcanes de la Antártida
Según la NASA, es crucial descubrir las similitudes entre los volcanes marcianos y los antárticos. Saber qué tipo de vida se desarrolla en las cuevas de un volcán podría impulsarnos a buscar vida alrededor de los volcanes de otros planetas, incluido Marte. También podríamos aprender a acondicionar estos entornos para que sean adecuados para la supervivencia humana a largo plazo.
La NASA también ha probado equipos que podrían utilizarse en futuras misiones espaciales. Uno de ellos es un robot equipado con un taladro capaz de extraer muestras de hielo y analizarlas en busca de elementos químicos que puedan ser compatibles con la vida. Otra herramienta probada en las cuevas del Erebus fue un escáner láser para dibujar mapas tridimensionales de las cuevas.
Las pruebas fueron muy útiles para determinar si los instrumentos son adecuados para funcionar en entornos extremos. Y según la NASA, la Antártida es el lugar más extremo de la Tierra que más se parece a Marte.