¿Qué puede salir mal en un crucero? Aquí enumeramos las 5 peores cosas que pueden ocurrir en un crucero por la Antártida. Cada año, más de 40.000 turistas visitan la Antártida. La mayoría lo hace a bordo de cruceros. Estas poderosas y a veces lujosas naves están equipadas para soportar el arduo viaje a través del lugar más frío de la Tierra. Para evitar tener una mala experiencia, aquí hay cinco hechos negativos que pueden arruinar su crucero por la Antártida.
1 – Precios desorbitados
El precio de un crucero por la Antártida es muy elevado. Puedes esperar gastar entre 10.000 y 15.000 dólares. Esto es sólo para reservar el barco y ni siquiera en uno de lujo. Los más bonitos y cómodos cuestan aún más. Además, tendrá que añadir el coste del traslado desde su país de origen hasta el punto de salida del crucero. En general, la mayoría de ellos parten de Ushuaia en Tierra del Fuego, Argentina.
2 – Alquiler de equipos
El intenso frío de la Antártida requiere ropa específica para soportar temperaturas muy por debajo de los cero grados centígrados. Si piensa comprar su propio equipo, probablemente se gastará una fortuna. Lo ideal es que alquiles las cosas que vas a necesitar. Por ejemplo, tendrá que alquilar botas específicas para esa región, guantes especiales, gafas, sombreros.
3 – Tiempo imprevisible
Una vez a bordo del crucero, con todo su equipo, tendrá que enfrentarse a algo que nadie puede predecir: los rápidos y constantes cambios del tiempo en la Antártida. Es posible que te despiertes con un tiempo terrible por la mañana, con mucha niebla; luego habrá calma, con cielos despejados. Unos minutos más tarde, la niebla volverá. También dependerá de cómo se mueva el hielo. Esto también puede llevar a la cancelación de los viajes por tierra.
4 – Poco tiempo para los cruceros
La temporada de cruceros en la Antártida es muy corta. Comienza a finales de octubre. Sin embargo, la mayoría de los cruceros sólo inician sus viajes en los últimos días de noviembre, porque es cuando el hielo empieza a romperse y los barcos pueden pasar. De diciembre a enero es la mejor época para visitar la Antártida, porque es cuando la temperatura es más «cálida».
Los viajes sólo duran hasta finales de febrero. Sin embargo, algunas empresas turísticas mantendrán los viajes hasta principios de marzo. El hecho de que sea una temporada corta hace que los precios suban. Además, hay que reservar con mucha antelación. De lo contrario, no encontrará espacio en ninguna línea de cruceros.
5 – Cruceros llenos de gente
Recorrer parte de la Antártida en un barco abarrotado no es lo ideal. Sin embargo, la ley establece que sólo los cruceros con unos 200 pasajeros pueden realizar el viaje. Además, existe otra norma según la cual sólo pueden desembarcar unas 100 personas al mismo tiempo. Así que si varios cruceros coinciden en torno a un punto, tienes un escenario en el que ni siquiera puedes acercarte a tierra para ver de cerca a los pingüinos y otros fascinantes animales que viven allí.