Construir en la Antártida, el lugar más frío de la Tierra es un proceso lleno de desafíos para ingenieros y arquitectos
Los arquitectos buscan, para construir en la Antártida, crear diseños que sean capaces de resistir las duras condiciones climáticas y, al mismo tiempo, incorporan innovaciones para aprovechar al máximo todos los recursos. Las estaciones en la Antártica se han convertido en lugares ideales para que los arquitectos dejen volar su imaginación y conviertan sus ideas en diseños futuristas.
Durante décadas era imposible levantar en la Antártida construcciones visualmente atractivas. El clima extremo, con fuertes vientos, y una acumulación de nieve y hielo dificultaban enormemente el trabajo de los constructores. Pero con los avances técnicos, ahora podemos encontrar en la Antártida edificios que tienen incorporadas las más modernas visiones sobre la arquitectura.
Una de las estaciones más modernas que existe en la Antártida es la Comandante Ferraz, que pertenece a Brasil. Un incendio destruyó la anterior instalación, en 2012 y, ocho años más tarde, quedó reinaugurada. El recinto está ubicado en la península de Keller, en la isla Rey Jorge.
La base brasileña la proyectó el grupo Estudio 41 y la construyó la empresa china CEIEC, a un costo de 100 millones de dólares. La instalación es un largo edificio, plano, que tiene 4.500 metros cuadrados de área. Puede acoger hasta 64 personas al mismo tiempo. Allí, en 17 laboratorios, se realizan investigaciones en diferentes áreas, como la meteorología, biología molecular y astronomía.
El desafío de construir en la Antártida
Otro país que tiene una moderna estación en la Antártida es la India, con su base Bharati. Esta está compuesta por 134 contenedores prefabricados. Mientras, Corea del Sur también cuenta con una base con diseño futurista. La estación Jang Bogo fue construida en un módulo que se divide en tres alas, cada una sostenida por bloques de acero reforzado.
Gran Bretaña innovó con su base Halley VI. Esta está considera la primera estación móvil en la Antártida, porque fue construida sobre esquíes. La Halley VI cuenta con ocho módulos que se sostienen sobre patas hidráulicas que tienen esquíes. Cuando el clima se vuelve intolerable, cada módulo de la base “se eleva” sobre las patas y se desliza con los esquíes. De esta forma, los módulos pueden trasladarse de manera independiente.
Los arquitectos indios encontraron una ingeniosa solución para el problema de la acumulación de la nieve en la base Sanae IV. Los módulos de esa base están construidos sobre muelles. Por tanto, es posible “sacudir” cada módulo y, de esta manera, la nieve queda debajo de los edificios.
Una de las invenciones arquitectónicas que más llama la atención es la de la estación belga Princesa Isabel. La Antártida es el lugar más frío en la Tierra; sin embargo, esta base no utiliza calefacción, así que no contamina. Para lograr esto, los arquitectos crearon un diseño por capas, las cuales retienen la temperatura interior en la instalación.
Las innovaciones no se detienen y ya varios países avanzan en la reestructuración de sus bases más antiguas en la Antártida y en la creación de otras estaciones científicas. En esos edificios se prueban muchas de las ideas para construir en la Antártida que, luego, veremos expresadas en construcciones en diferentes partes del mundo.